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a cargo de Lady Margareth
A inicios de los años ’80 estaban de moda estos fan-fiction completamente italianos, es decir, novelas elaboradas exclusivamente para ese país e inspiradas en los mangas que eran publicados por entregas en el suplemento "Candy Candy" de la Fabbri Editore. Además de Lady Oscar, conocieron la misma suerte Candy Candy, la que se precia de tener más de una novela dedicada a ella; Faustine (de Chieko Hara, publicada en Italia con el título Luna) y Mamie Angel (de Yumiko Igarashi, publicada en Italia con el título Susy del Far West). La autora de las novelas dedicadas a Lady Oscar fue Marina Migliavacca. Para ser sincera, es necesario agregar que no obstante el intento fuese puramente comercial, esta primera novela esta escrita en una forma verdaderamente agradable y fluida, dado que, la autora consiguió perfectamente elaborar numerosos momentos pletóricos del pathos de la trágica historia de la protagonista, introduciendo, por lo demás, elementos inéditos que resultan al decir lo menos, eficaces: Una por todas, la espléndida escena final sobre las tumbas de Óscar y André con la inscripción patriótica y la rosa blanca hecha con tal propósito por la Reina, que se deslizaba levemente sobre la superficie de mármol a causa de la brisa del tramonto. Es preciso admitir que el resto del trabajo encargado a Migliavacca no era simple, es más, se puede afirmar que era casi imposible condensar en una sola novela de 170 páginas una historia tan compleja como es la de "Lady Oscar". La primera parte procede en forma escrupulosa y detallada; cada capítulo correspondiente a casi cada episodio del anime… sólo que, a este ritmo, a poco más de la mitad de la novela, el resumen aún estaba detenido en ¡el incidente con el caballo de la Delfina María Antonieta! PEQUEÑO detalle que no se le debe de haber escapado a Migliavacca, quien así, para evitar superar largamente el número de páginas asignados, prefirió imprimirle una brusca aceleración al ritmo narrativo, haciendo amplio uso de la técnica de la analepsis narrativa (motivo por el cual, muchos sucesos fundamentales, como la muerte de Luis XV o lo relativo a los orígenes de Rosalie son presentados como recuerdos), y condensando varios (¡¡demasiados!!) eventos en un único capítulo. Si por una parte, esta elección muchas veces le impide una clara comprensión de la historia a quien nunca ha seguido el anime o el manga; por la otra parte, deja advertir mejor el peso del tiempo que pasa, remarcando la atmósfera melancólica que era acaso, uno de los principales objetivos de Ikeda. De todos modos, con la distancia de los años, era necesario algo que recordase a la serie y estuviese dedicado a los aficionados, también porque los dibujos que adornaban la novela eran a los que nos tenían acostumbrados (¡¡desagraciadamente!!) todas las fan-fiction de los suplementos de "Candy Candy": Visiblemente espléndidos aquellos calcados de las planchas del manga original (como aquella sobre la portada, que retoma la canción de inicio de la serie de tv., o la interna de la primera fiesta en palacio con María Antonieta), pero seguramente de una delicia vergonzosa aquellos creados ex novo por los ilustradores italianos: Por ejemplo, está la Óscar que combate contra Gerodére quien no demuestra tener más de 7 años y dos páginas después, la misma Óscar, inmediatamente después de haberse encontrado con André sobre la hierba, de improviso se vuelve adulta y por si no fuera poco ¡¡bastante feita!! XD
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