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atención, contiene avances

 

El reinado de Elizabeth estuvo marcado por importantes eventos políticos y religiosos, que muchas veces provocaron grandes tensiones en su Reino, y muchas fueron las tentativas de asesinato en contra de su persona.

Elizabeth I se dedicó a mantener un poder absoluto, luchando también contra la mentalidad machista, que consideraba a las mujeres incapaces de gobernar un Reino, y en transformar Inglaterra en un poderoso y rico país. 

Enrique VIII en la primavera de 1526 encuentra y se enamora de Ana Bolena, dama de compañía de su esposa, Catalina de Aragón. La esperanza de Enrique VIII de este su nuevo amor, es el de poder finalmente tener al tan anhelado hijo varón, que pudiese así sucederle en el trono y que pudiese tomar las bridas del poder sobre la corona de Inglaterra en sus manos. De su matrimonio con Catalina, todos sus hijos exceptuando a María (la futura Bloody Marie, María la sanguinaria), murieron poco después de su nacimiento. Para poder desposar a Ana Bolena y poder así tener hijos legítimos, era necesario obtener del Pontífice la anulación o divorcio del matrimonio con Catalina de Aragón, cosa que con todo el Papa se negaba a conceder. Esta situación dio inicio al proceso que llevaría a la Iglesia Inglesa a escindirse de la Romana, dando vida a la Iglesia Anglicana.

La desilusión por la fallida llegada del heredero también esta vez, lleva a Enrique VIII de alejarse cada vez más de su nueva esposa, y a perder interés en ella, empezado a verla como un estorbo. Así pues, Ana Bolena es condenada al patíbulo por adulterio y hechicería. Elizabeth, la hija nacida del matrimonio entre Ana y Enrique VIII es declarada hija ilegítima y alejada de la corte, así como había sucedido años antes con María, aún cuando siguió recibiendo una refinada educación. 

El tan anhelado heredero varón llega en la persona de Eduardo VI (el hijo que Enrique VIII tendrá de su tercero por no último matrimonio), con Jane Seymour, entonces también dama de compañía de la reina precedente). Finalmente en su lecho de muerte, Enrique VIII dispone que la sucesión al trono sea primero para Eduardo VI, luego a María y finalmente a Elizabeth.

Sin embargo, el reinado de Eduardo VI dura poco, y la corona pasa a María, quien está dispuesta a todo con tal de vengarse de su media hermana, a quien consideraba responsable de todos los sufrimientos y privaciones que tuvieron que sufrir ella y su madre a lo largo de los años. Así Elizabeth es acusada de confabulación para usurpar el trono y es puesta en prisión. 

La también muerte prematura de María marca para Elizabeth el fin de su prisión y la liberación de todos los miedos. Faltando una vez más, como había sucedido con Eduardo VI, herederos directos que pudiesen suceder al trono, Elizabeth es coronada.

A lo largo del volumen, todos estos eventos y más, se entrelazan con la historia de amor entre Elizabeth y Robert Dundley, lo que la llevará al camino de la soltería y a autodefinirse como "Reina Virgen".

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