Hermann Wirklich: "...corre el rumor de que quien se asoma a través de la ventana de Orfeo y mira hacia abajo, está destinado a enamorarse de la primera muchacha sobre la que se pose su mirada. Aún cuando su amor termine trágicamente, como el de Orfeo y Eurídice..."

Julius von Ahrensmeyer: "Basta, Julius, deja de estar así inquieta. ¡Recuerda que eres un hombre! Sin embargo, hombre o mujer que yo sea... la única cosa que cuenta en verdad es este precioso instante de mi vida, único e irrepetible."

Julius von Ahrensmeyer: "¿Es posible que los seres humanos sepan en verdad amar de un modo tan total? ¿Qué clase de hombres... saben en verdad experimentar un afecto en forma tan noble, intenso, y sin embargo discreto? ¡¿Son en verdad capaces de purificar su amor hasta tal vertiginosas simas?!"

Clara Zeiderhöfer: "Aunque la vida me brinde heridas te prometo que no lloraré. Te ruego dejarme volar libre de aquí, en el mundo."

Julius von Ahrensmeyer: "Aún admitiendo que pagaré con mi cuerpo mortal los crímenes que he cometido, ¿dónde terminarán los recuerdos que afluyen copiosos a mi mente, mientras mi espíritu lucha con todas sus fuerzas para resistir al dolor que ellos causan? ¿Dónde terminará este sufrimiento? ¿Dónde terminará este dolor?"

David Lassen: "Si se desea evitar correr el riesgo de terminar herido, es mejor renunciar desde el comienzo a poseer lo que no queremos perder. Es mejor no amar, es mejor no esperar, es mejor no experimentar sentimientos. [...] Sin embargo actuando así, el espíritu pierde el camino y termina por quedarse atrapado en un mundo de locura. Justamente para evitar que esto suceda, los hombres no pueden dejar de amar, de esperar y de sentir, aún siendo conscientes de la desilusión que podrían cosechar. ¡A veces se me da por pensar que el alma humana esté hecha justamente para sufrir!"