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a cargo de Susy_wang PRIMERA PARTE Es el año de 1788 y la dinastía de los Borbones ya está declinando, pero en el palacio de la ópera de París se ha organizado una Gran Gala en honor de María Antonieta, la Reina de Francia. Entre los invitados está también un joven Príncipe Sueco que indiferente a los chismes que circulaban tanto en la corte como entre el pueblo sobre una relación suya con la Reina, había decidido presentarse, a pesar de todo. Los chismes, después de todo no eran sólo eso, visto que Fersen estaba realmente enamorado y era correspondido por la Reina. Óscar, el comandante de la Guardia Real, miraba a lo lejos y sufría silenciosamente, dado que a su vez estaba enamorada de Fersen. A la Gran Gala muy pronto Óscar hizo su ingreso, más no presentándose con su habitual uniforme de gala, sino con un espléndido vestido de noche, y danzó con Fersen durante toda la velada, aun cuando el hombre continuaba buscando con la mirada la de María Antonieta. También el corazón de André sufría. Era el asistente de Óscar, los dos habían crecido juntos, y desde siempre había estado enamorado de ella. Entre tanto las tensiones políticas en París continuaban aumentando, la rabia popular contra la nobleza se hacía siempre más fuerte. Entre el pueblo también vivía Rosalie. Un día la madre de Rosalie fue atropellada por un carruaje aristocrático. La mujer antes de morir le confesó que ella no era su verdadera hija, y que su madre, la verdadera, en realidad era una noble. Cegada por la rabia y la desesperación; Rosalie decidió que buscaría a la mujer que había atropellado a su madre adoptiva y que luego había escapado, para poderla matar. Así, se encontró ante Mansión Jarjayes, tomándola por el palacio de Versalles. Aquí, Óscar la acogió poco después de haber escuchado su historia. La ayudaría a buscar no sólo a la mujer que había atropellado a la mujer que hasta ese momento se había ocupado de ella, sino también a su verdadera madre. El destino es a veces burlón, y pronto André descubre que la verdadera madre de Rosalie es la condesa de Polignac, una mujer que no sólo era muy amiga de la Reina, sino que también era la que había atropellado con su carruaje a la madre adoptiva de Rosalie. Entretanto, un hombre enmascarado, conocido con el nombre de “Caballero Negro”, cada noche se introducía en la casa de los nobles para robarles. Óscar y André consiguen capturarlo. El hombre, explicándoles sus propias razones, les piden a ambos sostener su causa y ayudar junto con él al pueblo que siempre era aplastado por los impuestos y las altas tazas que estaban obligados a pagar. Óscar, quien desconocía esta realidad y conmovida por las palabras del “Caballero Negro”, decide que desde ese momento habría ayudado y protegido, usando a las Guardias Reales, los derechos del pueblo francés. La Condesa de Polignac, en gran secreto, estaba en cambio complotando para extender su propio poder en la corte. Pero Óscar, decidida a defender a la Reina María Antonieta, desarticuló sus planes. La Condesa de Polignac envió a su primo, representándola, a un duelo versus Óscar; pero André, habiendo comprendido que el hombre habría usado cualquier medio y truco para vencerlo y matar a Óscar, decidió tomar su lugar. André venció el duelo, pero fue gravemente herido en el ojo. La rabia popular continuó creciendo y ahora María Antonieta, comprendiendo la situación y el peligro que estaba corriendo la Corona, decidió que había llegado el momento de proteger mediante cualquier medio a la dinastía de los Borbones. SEGUNDA PARTE El general de Jarjayes, padre de Óscar, sentía que había tomado una decisión equivocada al haber obligado a Óscar desde su nacimiento a crecer como un hombre, la situación se hacía siempre más difícil en París y la autoridad de la Corona ya no era respetada. Óscar era el Comandante de las Guardias Reales y por este motivo el General temía que un día pudiese encontrarse de veras en peligro; mientras que lo que quería era verla feliz y saber que esta felicidad estaría a salvo de los desórdenes. Así decidió que Óscar debería dejar el uniforme y tomar esposo. André, preso de la desesperación después de haber escuchado los planes matrimoniales del General de Jarjayes para con Óscar, decidió echar veneno en el vino que habría bebido Óscar y que luego de su muerte, él se quitaría la vida. Pero a último momento no estuvo en grado de llevar a cabo su propósito, con qué derecho podía quitarle la vida a Óscar y que el suyo habría sido sólo un gesto egoísta y que el solo hecho de poderla ver feliz lo habría llevado consigo y la habría protegido para siempre. Algunas noches después le llegó a Óscar la orden de combatir contra los rebeldes. Aquella misma noche Óscar fue a conocer por primera vez los sentimientos que André nutría hacia ella, y se dio cuenta que ella también sentía las mismas cosas. A la mañana siguiente Óscar estaba con sus tropas en la ribera del Sena, quería impedir a cualquier costo llegar a una violenta batalla contra el pueblo, pero cuando las tropas del Rey abrieron fuego sobre los ciudadanos empezó una feroz y sanguinaria batalla. El conde de Girodel dio orden a Óscar de disparar sobre el pueblo, pero ella no podía hacerlo, y así desertando del ejército decidió combatir junto al Pueblo por la Libertad, la Fraternidad y la Igualdad. A su lado siempre estaba André, su amigo, su confiable amor. La batalla se reveló larga y dura durante la cual fue primero herido y muerto André, después Óscar fue herida gravemente, exhaló su último suspiro ante las Fiestas del pueblo cuando una hora después en lo alto de una torre de la Bastilla fue puesta la bandera blanca de rendimiento. El pueblo había conquistado la Bastilla, símbolo del poder y de la Corona. |
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