a cargo de Susy_wang

PRIMERA PARTE

La historia comienza en la última mitad del siglo dieciocho en Francia. La esposa del General de Jarjayes está pariendo a su sexto bebé. La pareja tenía ya cinco hijas, cada una de ellas amada por el General, aún cuando lo que deseaba ahora era que su esposa pudiese darle un hijo para poder transmitirle todo su saber y su título. No obstante sus plegarias, su mujer da a luz una bebita. Sin embargo, en el momento en que el General toma la mano de la pequeña criatura, decide que desde aquel día la educará como un hombre y la llama: ¡Óscar!

Los años pasan y Óscar crece fuerte y valiente; además es una óptima espadachina y pronto se vuelve Comandante de las Guardias Reales.

El sirviente de Óscar, André, era el nieto de su Nana y había crecido junto a ella como si fuesen hermanos. Entre ellos existía una relación de gran confianza, pero André veía más allá del uniforme de Óscar; para él, ella era una mujer y él estaba enamorado de esa mujer.

Otros años pasan y el período de magnificiencia y gran popularidad de los Borbones estaba declinando. Óscar le pide a la Reina permiso para dimitir de la Guardia Real y poder asumir un puesto en la Guardia Francesa; estando cansada de ver a los nobles, gente egoísta que disponía de la vida de los más pobres como si fuesen bestias.

mujeres, y también a otros aristócratas que pensaban en aplastar a todos y en todas partes. El duelo se concluye con la derrota de Alain y su decisión de aceptar a Óscar como su comandante.

Un día Óscar conoce a la hermana menor de Alain, Diane; quien le habla de la miseria en la que vive la gente de París.

Óscar, conmovida por su testimonio, habla con Luis XVI. El Rey se enfada por su sugerencia de tener que ayudar a la gente. Entre tanto los eventos que llevarían a Francia a la Revolución se suceden. Los soberanos, para tratar de apaciguar los tumultos decidieron abrir los Estados Generales, una Asamblea en la que todos, Nobles, Clero y Pueblo eran llamados a discutir el futuro de la Nación. Sin embargo, Luis XVI se da cuenta que desde que los convocó, el pueblo había ganado terreno así que decide disolver las reuniones, provocando con su decisión la revuelta de los miembros que deciden desobedecerle. 

SEGUNDA PARTE

La situación en París, día tras día se vuelve cada vez más difícil. El Gobierno no conseguía controlarlo y detener los tumultos. El General de Jarjayes, preocupado por Óscar, pensó que acaso había llegado el momento de que ella finalmente tornase a ser una mujer, dejando de ocuparse de conflictos y guerras, y que nunca más volviese a recorrer las calles de París. Así, junto al padre del Conde de Gerodere, decide organizar el matrimonio de sus respectivos hijos.

André, viniendo a saber la decisión del general, en la desesperación del momento; decide mezclar veneno en el vino que lleva a Óscar para que lo beba antes de irse a dormir. Y luego de eso, se quitaría la vida. Lo hacía con la finalidad de no perderla, pero en el momento de llevarle la copa a Óscar no consigue ejecutar su plan, sino que decide revelarle sus sentimientos. Con gran sorpresa, descubre que Óscar sentía lo mismo.

Mientras tanto, le llega a Óscar la orden de partir hacia París para ayudar a los soldados a detener a los revoltosos. Llegada a París junto con André y sus soldados, Óscar se da cuenta que el Rey había ordenado disparar contra la multitud, es decir, contra sus súbtidos, dando así inicio a una feroz y sanguinaria batalla.

No pudiendo aceptar estas órdenes, Óscar decide, arrancándose los grados militares, unirse al pueblo y combatir a su lado para construir una nueva Francia.

Durante el trascurrir de la larga batalla, André es herido y muere; quedando a su vez Óscar gravemente herida.

La jornada se concluye con el ondear de la bandera blanca en los muros de la Bastilla.

Entre las exclamaciones de gozo y entusiasmo del pueblo victorioso que llegaban a oídos de Óscar, ella exhala su último suspiro.